Mrs Blaileen


La señora Blaileen, o mejor dicho, Mrs. Blaileen, era profesora de aquel viejo colegio, que en sus años de gloria había tenido entre sus filas algunos futuros presidentes y personas cuyos nombres adornan hoy nuestras calles, pero que ahora estaba tan alicaído como los viejos azulejos que adornan el baño de los chicos, donde el olor a orina y el confort mojado que arrojado al techo saluda al espectador como un marmol entristecido. En aquel establecimiento Mrs. Blaileen dictaba sagradamente la clase de inglés a los alumnos de 1º F, el lunes a primera hora por la mañana. No importaba si había temporal o el resfrío la consumía, Mrs. Blaileen siempre se presentaba a su lugar de trabajo.

No era que digamos una preciosura, pero conservaba algo de esa gloria que debe haber tenido en su juventud. Se notaba que nunca había sido curvilínea, pero si tuvo cintura. Ese trasero que cruzaba pomposamente los lunes por la mañana en el salón de clases, mas de alguna vez fué inspiración para alguno de sus alumnos en sus momentos de ocio, donde hombre y verga se enfrentan en feroz batalla.

-Good morning childrens- Era casi mecánico su saludo.

No podemos pedirle mucho a esta mujer. Cuarenta años, quince trabajando en algo para lo que no estudió. Lo que pasa querido amigo o amiga, es que es esta dama quería ser artista. Estudió literatura y lengua inglesa "Soi descendiente de antiguos comerciantes ingleses que se instalaron en valparaiso hace algunos años y desde aquellos tiempos, mi familia estuvo ligada a las artes de una manera u otra", solía decir cada vez que le preguntaban por su nombre. Pero Mrs. Blaileen cometió el peor error de todos, cuando tenía 23 dulces años... se enamoró del hombre incorrecto.

El no tenía nada de especial (de hecho, al lado de otras parejas de ella, este chico era poca cosa), pero a ella le gustaba. Estudiaban lo mismo y se veían a diario, compartían juntos y tuvieron que hacer mas de un trabajo en parejas, hasta que lentamente se comenzó a enamorar. Lástima, porque el chico no veía en ella más que una persona para conversar y compartir sus gustos. Él le hablaba y ella lo miraba y se adentraba en sus ojos azules, soñaba en nadar en esas piscinas que tenía en su rostro. Quería besarlo y acariciarlo, decirle que lo amaba, que le encataba lo güeón que era, pero que era su güeón. Hacerle el amor, pero de verdad, no como los otros chicos con los que se acostó, primero por curiosidad y luego por simple placer... no, él era especial, era para ella, Dios lo puso en su camino para que ella se enamorara... hasta que se lo dijo... pero el chico amaba mas a los libros que a esta chica. Como sabrás, un no a los oídos, no lo escucha el corazón y todo aquello que ella creaba, se impregnaba del amor que no podía entregar, hasta que se obesionó por el tema.

Escribió su tesis sobre el amor imposible y el sueño de aportar a la literatura se esfumaba con cada palabra que escribía, porque no escribía para el lector, escribía para su amado. Nuestra dama terminó envenenandose con el amor que estaba en sus entrañas y que no pudo entregar. No pudo escribir, el talento se esfumó todo gracias a ese güeón, a su güeón.

El lunes nuestra dama llegaba ojerosa y cansada. El libro de clases se abría y un dedo al azar y un apellido de la lista era expulsado por esos labios arrugados por el cigarro.

- Vallejos, adelante por favor

Resulta que los domingos, a las dos de la mañana, en Televisión Nacional, dan la repetición de "Una Forma de Pensar", donde un personaje que tu ya debes adivinar quien es, entrevista a diversas personas del ambiente cultural y nuestra protagonista lo espera sagradamente, sintiendose así un poco mas cerca de aquel que nunca tuvo. Al apagarse el televisor, los recuerdos vuelven y el veneno del amor corre por sus venas y sale expulsado por sus ojos. De ahí que el día lunes al interrogar a sus alumnos, lo haga con tanta mala leche, mas que mal ¿hay que desquitarse con alguien, no crees?

1 comentarios:

Anónimo dijo...

mm, no soy muy buena para los posteos o para sar mi opinión en general.
Siempre termino de leer las cosas buenas y me queda una palabra o una frase, para volver a recordarla. Pero es una historia muy linda, ojalá nunca me pase, y me gustó vas por el buen camino hombre.

:)
espero que un día mrs. braileen se de una nueva oportunidad

cami

Publicar un comentario